13 de marzo de 2018

¿Un raquítico 1´75% y querrán que les demos las gracias?

Esa es la última oferta del gobierno para la subida salarial de este año 2018, por mucho que intenten disfrazarla sumándole las de otros ejercicios y adornándola con promesas condicionadas. Si, según ellos, la crisis ha terminado ¿por qué narices no nos devuelven ya mismo el 5% que nos quitaron y nos compensan por los años de congelación?

Que conste que esto no es una crítica a los sindicatos de la mesa general que han firmado el acuerdo. Es nuestro derecho al pataleo contra un gobierno que nos quitó un dinero de nuestras nóminas con la excusa de la crisis y se niega a devolvérnoslo ahora que han pasado las vacas flacas.

Con esa subida ni recuperamos poder adquisitivo, ni mucho menos nos resarcen de la bajada de sueldos. Por lo tanto, que no nos vengan con cuentos y enredos de que si en tantos años nos subirán tanto o cuanto. Eso es engañar a la gente. La triste realidad es que la subida para los próximos tres años compensará como mucho la inflación venidera, pero nos seguirá dejando con el agujero negro en nuestras nóminas que se produjo con la bajada de sueldos del 5% en 2010 y los posteriores años de congelación salarial.

Entendemos que los sindicatos de la mesa general (donde se ha negociado esta revisión) hayan recogido lo ofrecido por el gobierno y no les criticamos por ello, porque algo bueno se ha sacado, aunque sea poca cosa. Pero eso no nos cura la indignación que sentimos por la pérdida en nuestro poder adquisitivo y la sensación de sentirnos engañados. Nos obligaron a contribuir a la recuperación del país y, ahora que la economía vuelve a ser boyante, nos dejan de lado y nos piden que pasemos página como si nada.

Desde STAJ no olvidamos ni olvidaremos la deuda que tienen con nosotros, y seguiremos reclamándola con toda la contundencia posible hasta que nos sean restituidos todos nuestros derechos salariales. ¡Exigimos la devolución del 5% que nos quitaron y la compensación por los cinco años que nos han tenido congelados! Todo lo demás son cuentos, mandangas y excusas de mal pagador.


LOS DETALLES DEL ACUERDO:


Según lo anunciado en la prensa, el acuerdo se vincula al crecimiento económico y el cumplimiento del déficit público. Es decir, que si suben los precios pero no crece el PIB o no se reduce el déficit volveremos a perder dinero.

En 2018, la subida será de un 1,75%, más un 0,20% de fondos adicionales (que no se sabe como se repartirán ni quien los cobrará). En 2019, se elevará al 2,25%, más un 0,25% variable en función del PIB, más un 0,25% de fondos adicionales. Para 2020, un 2%, más un variable del 1% en función del PIB, más un 0,3% de fondos adicionales. Si se cumple el objetivo de déficit en 2020, habrá una prima final del 0,55%.

El acuerdo abre la puerta a otros temas como restablecer la capacidad para la negociación colectiva o recuperar la jornada de 35 horas y fija prioridades en los planes de Igualdad puestos en marcha. Otras medidas son la posible devolución del 100% del salario en casos de baja y el impulso de la formación o el análisis sobre la jubilación parcial de algunos colectivos. En cuanto al empleo, se ha pactado para 2018 la tasa de reposición del 100% para todas las Administraciones que hayan cumplido los objetivos de estabilidad presupuestaria y la regla de gasto.

En resumen, durante los últimos años hemos perdido un 13,3% de nuestro poder adquisitivo, y aunque este acuerdo aporta algunas cosas positivas, no lo es tanto a nivel económico porque la subida de entre un 6 y un 8% repartida en tres años todavía no sabemos si llegará a compensar el IPC de estos próximos ejercicios, por lo que difícilmente se puede considerar que recuperamos poder adquisitivo con ella. La triste realidad es que seguimos manteniendo esa pérdida y no debemos ni podemos dar por zanjado el tema con este acuerdo como pretende el gobierno.