26 de abril de 2021

Reformas que perjudican gravemente nuestros derechos

 

El anteproyecto de reforma de la lOPJ, se basa en  la creación de tres figuras fundamentales: los Tribunales de Instancia, la Oficina Judicial y las Oficinas de Justicia en el municipio.Todo ello, viene acompañado de un anteproyecto de reformas procesales.

Los Tribunales de Instancia sustituyen a las UPADS, por un sistema híbrido entre organización colegiada y órganos unipersonales. Habrán tantos como partidos judiciales, al contrario que el anterior proyecto que reducía considerablemente éstos.

En cuanto a la Oficina Judicial, el anteproyecto flexibiliza y se adecua con las excusas de siempre y siguiendo el coro sobre estructuras anacrónicas, etc...., para recortarnos nuestros derechos y mermar considerablemente nuestro derecho a un puesto de trabajo determinado y elegido por nosotros. Los Tribunales de Instancia son  la excusa para crear una única Unidad Procesal de Tramitación por sede de partido Judicial, donde se amontonan a los funcionarios de los distintos Cuerpos distraerlos de un puesto de trabajo a otro, en función de las conveniencias seguramente de alguien que estará trabajando toda la vida aquí, pero nunca se ha enterado de que va esto. Auguramos un incremento del 30% sólo en gastos de personal, porque en medios materiales fallidos llevan mucho más, y esa que es la verdadera solución parece lejos de realizarse porque por ningún lugar vemos nada de homogenización y/o compatibilización de las aplicaciones informáticas existentes. En fin que prevalecen como siempre los criterios políticos sobre los verdaderamente importantes para el buen funcionamiento de la Administración de Justicia.

En cuanto a las Oficinas de Justicia en los municipios, ahora Juzgados de Paz, al parecer no habrá grandes cambios aunque presumiblemente habrá modificación de competencias, y se quitarán unas y se pondrán otras, pero seguirán siendo servidas al menos en las ya existentes por funcionarios de Justicia.
 
La antigua organización de Juzgados y Tribunales fue sustituida por la reforma de 2003, que flexibilizaba más la movilidad de los funcionarios, pero al contrario que esta,  fue negociada y hubo contrapartidas para los funcionarios. Esta, sin embargo,  se introduce por la puerta de atrás, sin haber negociación y en perjuicio grave de nuestros derechos, en una muestra más de prepotencia y de ignorancia respecto de quienes estamos al pie del cañón todos los días.

STAJ en la Comunidad Valenciana ha sido el único sindicato que ha recurrido las rpt,s de la Comunidad y la implantación de la NOJ, así como el acoplamiento de los funcionarios en el Partido Judicial de Mislata, y esta reforma da la razón a nuestra oposición, porque en legislación vigente no existe ni un sólo artículo en el que un Letrado pueda adjudicar un puesto de trabajo que no sea de su Unidad a ningún funcionario, ni existe la UPAD única que se inventó al efecto el Secretario coordinador de entonces y ratificó la de Gobierno, y que son la base de nuestro recurso al acoplamiento para evitar que un Letrado pueda adjudicarte un puesto saltándose la Ley amparándose en meras interpretaciones. Lo cual aclara bastante el calado de la reforma, además de darnos la razón tácitamente,. La única esperanza son que nuestros recursos les obliguen a negociar una nueva rpt, y hacer el acoplamiento de Mislata como manda la Ley. 

Lo anterior  choca por supuesto, con que no se toca ni una sola de nuestras reivindicaciones, como por ejemplo la supresión o el cambio de contenido del art. 135.5 de la LEC, que ya resulta anacrónico.

Y por supuesto, de la regulación de la Carrera Profesional de los funcionarios al Servicio de la Administración de Justicia, aunque fuera el trazo gordo de la misma, no está ni por atisbo, se ve que para estos señores no formamos parte de la estructura de esta Administración, excepto para lo que les conviene. No tenemos la menor duda de que esto se debía haber negociado en el Reglamento de 1995, que regula el ingreso, la provisión de puestos y la promoción profesional, pero esta era una gran oportunidad para introducirla en la Ley al menos sus principios rectores y por supuesto si procediera reformar el reglamento para entrar en detalles. Pero no, con su habitual buen talante,  parece que prefieren tenernos enfrente. Pues como ellos prefieran, si así lo quieren allí estaremos.